Logros ajenos, logros de todos: cómo el éxito individual impulsa al equipo

Siempre existirán diferentes reacciones frente al logro de los demás, pero depende de cada uno la reacción que se tommará. IMAGEN MARVALEOD.

En todo ambiente laboral, es inevitable que, en algún momento, uno de los miembros del equipo se destaque por alcanzar una meta, culminar un proyecto o recibir una felicitación por parte de un superior. Lo que muchas veces no se analiza con la suficiente profundidad no es solo el logro en sí, sino cómo ese éxito afecta la dinámica del equipo. En este artículo exploramos cómo reaccionan las personas ante los logros ajenos, qué factores psicológicos entran en juego y cómo transformar esas emociones en una herramienta para el crecimiento colectivo.

Una historia cotidiana

Un lunes cualquiera, en una oficina como muchas, el jefe de departamento reconoce el trabajo de Laura, una colaboradora que acaba de finalizar con éxito la implementación de un nuevo sistema interno. Este cambio mejorará notablemente la productividad, ahorrará tiempo y reducirá costos operativos. Durante una reunión breve, el jefe la felicita públicamente por su compromiso y esfuerzo.

Andrés, compañero cercano de Laura, se alegra sinceramente por ella. Sabe que su trabajo beneficiará al equipo completo y celebra su éxito. Otros dos colegas, Mariana y Luis, apenas reaccionan: lo ven como parte del trabajo diario. Pero hay dos personas que no lo toman tan bien. Felipe siente celos profesionales; cree que él podría haber hecho algo similar si le hubieran dado la oportunidad. Carolina, por su parte, se siente desplazada: le incomoda que no sea ella quien reciba el reconocimiento.

Este pequeño episodio revela una verdad muchas veces ignorada: los logros individuales son detonadores emocionales dentro de un equipo.

Tres reacciones comunes ante el éxito ajeno

Psicológicamente, es natural que las personas reaccionen de forma distinta ante los logros de los demás. Estas reacciones se pueden agrupar en tres tipos:

  1. Empatía y alegría compartida: Se da en personas con una alta inteligencia emocional, que entienden que el éxito de un compañero puede generar efectos positivos para todos.
  2. Indiferencia profesional: Aquellos que consideran que cada quien hace su parte y que el reconocimiento es un aspecto individual. No celebran, pero tampoco critican.
  3. Celos o resentimiento: Proviene de inseguridades personales, baja autoestima o una cultura de competencia mal gestionada. Estas personas pueden sentir que los logros ajenos amenazan su propio valor dentro del equipo.

Las causas detrás de la incomodidad

Detrás de cada reacción emocional hay una serie de factores psicológicos y culturales:

  • Comparación social: La teoría de la comparación social (Festinger, 1954) explica que evaluamos nuestro propio valor contrastándonos con los demás.
  • Falta de reconocimiento frecuente: En ambientes donde los logros no se celebran equitativamente, el éxito de uno puede parecer una injusticia para otros.
  • Cultura organizacional competitiva: Si el éxito se mide solo en términos individuales y no se vincula al impacto colectivo, se genera rivalidad.
  • Autoestima laboral baja: Las personas que dudan de su valor profesional suelen ver el éxito ajeno como una amenaza.

Según una encuesta realizada por la consultora Gallup (2019), solo el 30% de los empleados afirman haber recibido reconocimiento o elogio por su trabajo en la última semana. Esta falta de retroalimentación positiva puede agravar la percepción de injusticia o desigualdad.

Por qué el éxito de uno es el éxito de todos

Cuando un miembro del equipo tiene éxito, los beneficios suelen ser compartidos, aunque de forma indirecta. Mejores procesos, ahorro de tiempo, innovación y buen clima laboral son solo algunas de las consecuencias.

Festejar el logro de un compañero:

  • Fortalece la cohesión del equipo.
  • Fomenta la motivación colectiva.
  • Genera un ambiente de apoyo y confianza.
  • Incentiva una cultura de mejora continua.

Cómo gestionar las emociones negativas

Si alguna vez te has sentido como Felipe o Carolina, no estás solo. Sentir envidia o frustración es humano. La clave está en qué haces con esa emoción:

  1. Reconócela sin juzgarte: Evita reprimirla o negarla. Observar lo que sientes es el primer paso.
  2. Analiza el origen: ¿Sientes que no te reconocen? ¿Te comparas demasiado? Identifica el disparador.
  3. Cambia la perspectiva: En lugar de ver el logro como algo que te resta, piensa en lo que puedes aprender.
  4. Exprésalo positivamente: Felicita genuinamente a tu compañero. La admiración puede ser el primer paso hacia la inspiración.

En un equipo, los logros individuales no son islas. Son faros que iluminan el camino para los demás. Cuando aprendemos a celebrar el éxito ajeno, también aprendemos a construir una cultura más saludable, colaborativa y humana. Porque al final, en el trabajo como en la vida, cuando gana uno, ganamos todos.

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